Del frío Cotopaxi nos fuimos a la zona de Quilotoa, paisaje de montañas andinas con pueblecitos indígenas, famosa por la laguna de Quilotoa, en el carter de un volcán. Es una de las zonas donde más se habla quichua, la lengua indígena de Ecuador (en Perú, Quechua..si es lo mismo que lo del Decathlon).
Fue nuestra semana de vida indígena, donde tuvimos la oportunidad de conocer de cerca a la gente andina: por lo general, son muy correctos y educados, pero algo "parcos" en palabras (o será que nosotras hablamos mucho?).
La integración empezó en el mercado de Saquisili, feriado donde te encuentras de todo.. desde ponchos de alpahaca, a cedés de la escena musical andina y latina (de todo menos discretos), ropa y juguetes de segunda mano...
Llaveros en forma de cabeza reducida (literal)...
Y por supuesto comida : desde panela a "granel" (una especie de edulcorante natrual riquísimo que se utiliza para postres y jugos), pollos por todas partes, especias, legumbres y , como siempre, maravillosas frutas exóticas de todo tipo!!
Mujeres indígenas con el traje típico ecuatoriano: falda media caña, chaqueta de punto, toquilla de colores fluors o cantosos, trenza o cola larga con lazo y el genial sombrero de fieltro con ala corta y pluma de pavo real.
Para seguir con nuestra integración en la cultura, ya en Latacunga, decidimos apuntarnos a un curso de calceta en una mercería. Ay, qué gracia les hacía a las mujeres ver a las dos europeítas que no se enteraban de nada!! Pero lo importante son las ganas, y aunque de momento, nuestras "proyecto de bufandas" no son más que cuatro nudos enmarañados, no perdemos la ilusión!
Y subimos a la laguna Quilotoa en caminocito..qué belleza de paisajes!!Montañas andinas, escarpadas, verdes y con las nubes más mágicas de Ecuador!
De camino, conocimos a María, a quien le encantaron las artesanías de Marta y se acabó llevando de regalito un conjutito de lo más "fluor". Aquí posamos las tres con la colección "Anillos"...a ver si los pone de moda en su comunidad!!
Con Diego, amigo argentino, despidiéndonos de una de las "Marías" de Quilotoa...todas se llamaban igual! :)
Los botes del caminocito no eran muy cómodos, pero las vistas merecían la pena!!
Y por fin en la laguna, bajando hacia el agua helada, con la suerte de tener un diá despejado y precioso para poder apreciar toda la belleza!!(Al fondo está el Cotopaxi, per no se ve).
Un amigo del camino que amablemnte nos posó para la foto....
No, aunque lo parezca no había monstruo del lago..
Y de bajada, las simpáticas llamas que no sabes si te vacilan o te sonríen.
Diego se baño´en el agua helada!! Toma ya!! (Nosotras le animamos calientitas desde la orilla).
Y por la noche, para retomar nuestra vida indígena, hicimos sobremesa con los dos niños de la familia alrededor de la chimenea. Estábamos como en casa, jugando con ellos mientras la madre les reñía, en susurros de "quichua" , su lengua, para que no molestaran...pero creo que nosotros armamos más bulla que los pobres enanos.
Aquí con Steven, casi sin dientes pero con su super gafas de sol...
Y la pequeña Evelyn peinándole las cejas a nuestro amigo Remy...
..fue el inicio de un gran amor....
Al día siguiente, también conocimos a los primitos, para seguir con nuestra vida en familia. Y hasta nos confiraon a un super baby con el que se nos caía la baba...
Luego se nos ocurrió la grandiosísima (ejem) idea de contratar un paseo por los alrededores de Quilotoa en MULA!!! Ay, dior mio, que miedo que pasamos!!Fue la constatación directa del refrán "más terca que una mula". Lo vivimos en nuestras carnes, vaya...
Al principio todo empezó con normalidad: el paisaje era precioso y bueno, al menos las mulitas eran más bajitas que un caballo...
Pero la mula de Ele, sin previo aviso, se volvió loca y se fue del camino trotando como una cabra de monte! Se ve que había un caballo semental al otro lado del camino y no se podía esperar para el reencuentro!.Asi que ya me veis, cruzando campo a través encima de una mula desbocada, mientras Marta y Remy se partían de risa a mi costa! Para videos de primera... Iba tal cual toro mecánico, gritando como una histérica y sin nigún tipo de control. María (por supuesto se llamaba María), nuestra guía, corrió en mi rescate y se tuvo que poner delante de la mula con los brazos en cruz gritando "Sooooooo, caraaaajooooo!!!!, mientras yo, haciendo muecas, aspavientos y movimientos de todo tipo menos amazónicos, me tiré del caballo cual rana al estanque :)
Momento post-show de Ele en la mula. Se acercaron hasta cusiosos del lugar para ver si la gringa estaba entera o se había partido una pierna. Véase la distancia a la que está sacada la foto (todo ese camino recorrí a galope descontrolado por el campo).
Después del "incidente", ya no fuimos los mismos, y a cada parte del camino que considerábamos sospechoso" nos tirábamos del caballo. Aquí habia una subidita bastante inclinada y me puse histérica gritando "Marta, bájaaate!!! baaaáaajate!!" (frase memorable de una mujer al borde del ataque de nervios!).
Además, nuestros guías , como se puede apreciar, no tenían demasiada experiencia...